Nuestro cliente ingresó a una tienda de vaporizadores en Costa Mesa, California, y compró un cigarrillo electrónico. El demandante se detuvo mientras montaba en bicicleta para vapear su dispositivo cuando ocurrió la explosión del cigarrillo electrónico.
Mientras sujetaba el dispositivo con ambas manos y pulsaba el botón para inhalar, la batería del vape fabricado y/o distribuido por los demandados explotó en la cara de nuestro cliente. El accidente le causó quemaduras de primer grado en ambas manos y en el interior y exterior de la boca. Además, sufrió deformidades faciales en los labios, se le cayeron tres dientes, y se le aflojaron otros tantos.
Como consecuencia, la explosión prendió fuego a la mochila de nuestro cliente, que simultáneamente intentaba apagarla mientras gritaba y sangraba por la boca, los labios, y las encías.
Ante la posibilidad de que la explosión pusiera en peligro su vida y por la intensidad de las llamas, nuestro cliente sufrió un ataque de pánico. En ese momento se desplomó y un transeúnte acudió en su ayuda. Tras extinguir el fuego, el testigo pudo llamar al 911 y localizar a la pareja de nuestro representado. Nuestro cliente perdió temporalmente el conocimiento en el lugar de los hechos.
Más tarde, tanto una ambulancia como los bomberos llegaron al lugar del accidente. Allí, trataron las lesiones y analizar las llamas que había provocado la explosión del cigarrillo electrónico. Seguidamente, nuestro cliente fue trasladado en ambulancia al Orange County Global Medical Center para tratar las quemaduras. De camino, los paramédicos controlaron las elevadas constantes vitales de nuestro cliente debido a un notable nivel de angustia. Nuestro defendido ni siquiera pudo firmar los papeles de la ambulancia. A su llegada al centro, el demandante fue examinado y diagnosticado.
