El pasado jueves 28 de julio, las autoridades recibieron una llamada por un atropello con fuga ocurrido en la intersección de las avenidas Towne y East Vernon, en Los Ángeles. Cuando la policía llegó a la escena, el cuerpo de un hombre de alrededor de 40 años se encontraba sin vida en plena calle.
No obstante, quien parecía ser una víctima de atropello y fuga, pudo estar involucrado en un accidente más complicado.
Según la información ofrecida por el Departamento de Policía de Los Ángeles, la conductora de un vehículo llamó a emergencias sobre la 1:30 am, informando de un atropello. La mujer informó a las autoridades que el cuerpo del peatón estaba ya tirado en el suelo y que, cuando se dio cuenta, no tuvo margen para evitar el impacto.
La conductora, quien permaneció en el lugar de los hechos y cooperó con la policía, declaró que una camioneta negra había pasado por encima del cuerpo previamente, pero abandonó la escena.
Aunque las autoridades pensaron en primer momento que el culpable de la muerte fue el conductor del primer vehículo, cuando los paramédicos llegaron vieron que el cuerpo tenía herida de bala.
A lo largo del día, los médicos forenses determinaron que la víctima había recibido varios disparos mortales. La policía descubrió una pistola de juguete con balas de plástico en la cintura en el pantalón del fallecido. Debido al extraño suceso, los investigadores de homicidios decidieron tomar el caso.
A pesar de colaborar en todo momento, la policía entrevistó a la mujer que realizó la llamada y le hizo pasar la prueba de alcoholemia, determinando que no tenía nada que ver con el caso.
LAPD no reveló la identidad de la víctima, pero sí confirmó que podía tratarse de una persona sin hogar que vivía en un campamento cercano. Aunque no se han realizado arrestos por el momento, las autoridades buscan a dos sospechosos como responsables del crimen.
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